Históricamente las mujeres han sufrido de abusos y violaciones a sus derechos en diversas formas. Afortunadamente, cada vez son más las personas que están dispuestas a denunciar estos abusos y luchar por conseguir una sociedad con igualdad de derechos. Han habido mujeres que se han destacado por superar los obstáculos propios de sus épocas, y su labor es reconocida, en algunos casos llevando sus historias hasta la gran pantalla. Tal es el caso de "Las Sufragistas" y "Talentos Ocultos", dos películas que relatan la lucha de Maud Watts en Inglaterra de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson en Estados Unidos durante los 60's.
Estas películas son muy recomendables, no sólo por su buena ambientación, maravillosos efectos especiales y excelente reparto, sino principalmente por su temática. En ellas se tratan diversos asuntos machistas, como el abuso sexual, la violación a los derechos laborales y la patria potestad, y especialmente se muestra el sufrimiento de las víctimas. Estas son algunas de las cargas que las mujeres han tenido que soportar y que, lamentablemente, aún no han sido erradicadas en su totalidad.
El abuso sexual se manifiesta en "Las Sufragistas" a través de violaciones de los patrones a las empleadas, especialmente a las más jóvenes. Actualmente, el abuso sexual se presenta en esta y muchas otras formas. Estudios de la Organización de las Naciones Unidas muestran que 70% de las mujeres han sido víctimas de violencia sexual por parte de sus parejas sentimentales, aumentando en más del doble sus posibilidades de tener un aborto, el doble de sufrir depresión y el 150% de contraer VIH. En el campo laboral, las mujeres se ven acosadas por sus compañeros de trabajo, jefes y clientes por su vestuario. En la vida cotidiana, las mujeres sufren acoso en las calles, al ser el blanco de comentarios sexuales y ofensivos. También es común el acoso en el transporte público, siendo denunciados algunos casos en Guatemala durante el año pasado. Finalmente, una modalidad relativamente nueva que utiliza incorrectamente la tecnología es el ciberacoso, siendo las mujeres entre 18 y 29 años las más propensas a padecerlo. Son numerosos los casos alrededor del mundo, y en Guatemala se calcula que en 2016 se cometía una violación cada 46 minutos.
Indudablemente, los derechos humanos se ven violentados con estos actos perversos, pero está en nuestras manos erradicar este mal. Primeramente, las violaciones y abusos sexuales deben dejar de ser un tema tabú. Se debe crear una cultura abierta donde las víctimas se sientan seguras de denunciar los abusos. Los sistemas de justicia deben ser perfeccionados para que los agresores paguen prontamente por sus crímenes. El sistema de salud debe ser mejorado para dar atención física y psicológica de calidad a las víctimas. Se deben implementar políticas de educación sexual y planificación familiar que estén al alcance de toda la población. Y, principalmente, debemos cambiar por completo nuestra mentalidad para que estas situaciones no sean vistas como algo normal, sino como algo que requiere cambios urgentes.
Este es un tema común a ambas cintas cinematográficas. Por décadas, las mujeres han sido subestimadas en el campo laboral. Se les ha considerado poco aptas para desarrollar trabajos generalmente hechos por hombres, relegándolas a tareas domésticas no remuneradas y poco valoradas. Y cuando han demostrado que tienen todo el potencial y capacidad de trabajar como un hombre, las condiciones de trabajo han sido pésimas. En "Las Sufragistas" se ve cómo tanto mujeres como hombres laboran en una lavandería industrial en condiciones precarias. Sin embargo, la carga es mayor para las mujeres y la remuneración es más baja. En esta lavandería se da la explotación infantil, ya que muchas trabajan allí desde muy temprana edad; el abuso sexual de los patrones a las trabajadoras; la desigualdad en los salarios; y la explotación laboral con largas jornadas que ponen en peligro la salud de las lavanderas. También se ve que no tienen oportunidad de ocupar puestos importantes en política. En "Figuras Ocultas" se ve la desigualdad, no sólo por género, sino también racial. Estas mujeres con un alto potencial y capacidad intelectual se ven segregadas y no cuentan con la tecnología de punta que tienen otros trabajadores de la NASA. Se les da una alta carga de trabajo y no se les confían tareas "importantes", aunque finalmente son ellas las que aportan las soluciones más brillantes.
Actualmente en Guatemala, la situación sigue siendo extremadamente grave. Según el Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 2016 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Guatemala es el segundo país latinoamericano con un mayor índice de desigualdad laboral de género, superado únicamente por Haití y comparable con los índices de regímenes autoritarios de Asia y África. Las guatemaltecas se enfrentan a grandes obstáculos para alcanzar los puestos más altos en las empresas y el gobierno, que generalmente están reservados para los hombres. La desigualdad también se evidencia en los salarios ya que, en promedio, por cada dólar que recibe un guatemalteco, una guatemalteca recibe 56 centavos. Los paradigmas sociales que se han arrastrado desde tiempos inmemoriales declaran que las mujeres deben encargarse exclusivamente del cuidado del hogar, pero este arduo trabajo tampoco es remunerado ni reconocido. Aún así, son muchas las mujeres que se dedican a las labores domésticas y a un trabajo remunerado al mismo tiempo. En cuanto a maternidad, en Guatemala se da una licencia de 84 días efectivos con goce completo de sueldo, cuando el mínimo establecido en 2002 en el Convenio 183 sobre Protección a la Maternidad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es de 98 días. Y las licencias de paternidad son únicamente de dos días, impidiendo la responsabilidad doméstica y familiar compartida.
La desigualdad laboral de género implica muchos factores que se deben cambiar. Inicia con la educación ya que las mujeres no tienen la oportunidad de recibir una educación integral de calidad y esto las pone en desventaja, desde el principio, con los hombres. Cuando se logre una buena educación para todos, la competencia por los puestos será más justa. Luego vienen las condiciones laborales, ya que los trabajos deben ser un ambiente de desarrollo y que no pongan en riesgo la salud física, mental ni emocional de las trabajadoras. Esto incluye erradicar el acoso sexual en el trabajo. Los salarios deben ser iguales para hombres y mujeres que realicen los mismos trabajos por la misma cantidad de tiempo. Las licencias de maternidad y paternidad deben ser las adecuadas para que ambos padres se involucren en el cuidado y educación de sus hijos. Y las labores domésticas deben reconocerse y compartirse con todos los miembros de la familia por igual.
Según el Diccionario de la Lengua Española, la patria potestad es el "Conjunto de deberes y derechos que conforme a la ley tienen los padres sobre sus hijos menores no emancipados". Este es un tema tratado en "Las Sufragistas", y es una de las escenas que personalmente me impactaron más. En el filme, Maud es rechazada por su esposo y expulsada de su casa por unirse al grupo de las sufragistas. Desde entonces su marido le priva del derecho de ver a su hijo pequeño. Ella intenta verlo cuando puede, pero luego su marido decide darlo en adopción al no sentirse capaz de encargarse de él, separándolos permanentemente.
En el artículo 252 del Código Civil de Guatemala se establece que
La patria potestad se ejerce sobre los hijos menores, conjuntamente por el padre y la madre en el matrimonio y en la unión de hecho; y por el padre o la madre, en cuyo poder esté el hijo, en cualquier otro caso.
Por ello, ambos padres tienen el derecho y la obligación de encargarse del cuidado y formación de sus hijos. A menos que sea establecido por la ley, ambos padres deben estar involucrados en el crecimiento y desarrollo de sus hijos, y un padre no puede decidir por su cuenta separar a un niño de su madre. Lamentablemente, en Guatemala y Latinoamérica impera una cultura machista en la que se cree que los hombres tienen derecho a tomar todas las decisiones del hogar, mientras que las mujeres deben limitarse a obedecer. Es importante cambiar esta dinámica en el hogar a una en donde todos deben cumplir con sus obligaciones y gozar de sus derechos en igualdad. Las labores domésticas también deben ser compartidas y es necesario cambiar la mentalidad de que los hombres "colaboran" cocinando, barriendo, trapeando o cuidando a los hijos, ya que en realidad es su obligación.
A pesar de que estas películas se ambientan hace muchos años y en diferentes lugares, las cargas que estas mujeres debieron soportar aún están sobre los hombros de muchas hoy en día, alrededor de todo el mundo. Sin embargo, no debemos desfallecer ni renunciar a la lucha, ya que por muy difícil que sea, cada paso cuenta. Ninguna acción es demasiado pequeña: desde cambiar la dinámica en nuestro seno familiar hasta denunciar abusos y reconocer a mujeres extraordinarias en grandes producciones estamos aportando nuestro granito de arena.
Fuentes: